Tengamos empeño en ser padres de hijos generosos, arquitectos de templos en que more Cristo, entrenadores de atletas celestes, ungiéndolos, corrigiéndolos, buscando por todos los medios su provecho, a fin de participar también en el cielo de sus coronas. Más si vosotros porfiáis, vuestros hijos, si son generosos, correrán, aun contra vuestra voluntad, a abrazar esta filosofía y gozarán de todos sus bienes, y a vosotros sólo os quedará el amontonar castigo sobre castigo y que vengáis a alabar todo lo que acabo de deciros cuando ningún provecho sacaréis de esas alabanzas. “San Juan Crisóstomo”
muy buenos tus artículos . felicitaciones –
Me gustaMe gusta