El modernista no te niega una verdad de fe frontalmente, simplemente juega a la ambigüedad, a darle un significado diferente al de la tradición.
Es lo que ha ocurrido con la “sana laicidad”. El modernista ha transformado la doctrina social de la Iglesia. No te niega que en tiempos más óptimos se pueda aplicar , pero hoy no, mañana, dicen ellos. Mientras tanto ellos negocian con el mundo, esperando tiempos mejores… Mientras tanto coquetean con los poderes del mundo, siempre según ellos esperando tiempos mejores. No luchan por el reinado social de Cristo, porque según ellos no es el momento óptimo. Creen que son astutos y así van cediendo hasta perder la fe.
“Cuando el orden político se aleja de la religión, éste deja de orientarse al verdadero bien común, y pasar a estar bajo el dominio de los oscuros poderes de este mundo, y de la sinarquía internacional. Así la sana laicidad se transforma pronto en una farsa, que de piadosa pasa a ser impía, y de moderada pasa a ser insensata” (1)
Hay mucho modernista que cree en la transubstanciación y se escandaliza de que haya personas que vivan en adulterio , pero esas mismas personas le niegan a las sociedades y al orden político su derecho a beber de las fuentes de la gracia. ¿Con qué derecho puedes defender una sociedad separada de la religión , para luego exigirle que sea fiel a los preceptos de Dios? Es pelagio que lo han resucitado.
(1)https://www.facebook.com/AlonsoGracian?fref=hovercard&hc_location=chat