Seguimos hablando de liberalismo y profundizando en sus raíces . Hablamos de Occam y ahora hablamos del pelagianismo. No en vano San Agustín fue uno de los santos que combatió arduamente dicho error. Era consciente como un pequeño error en la comprensión de la libertad y de la gracia para un cristiano, le podía impedir llegar al conocimiento de la Verdad.
La autosuficiencia del orden temporal es el carácter común de los antecesores del liberalismo moderno. Así hablamos de pelagianismo
Pelagianismo
Por cierto, desde Pentecostés, este peligro ha acompañado siempre a la Iglesia y así será hasta el fin de los tiempos. Por eso, es posible encontrar antecedentes remotos del «liberalismo» sin que necesariamente tengan conexión directa con el pensamiento moderno. (…) resulta casi imposible no recordar al pelagianismo de los siglos IV y V cuya tesis fundamental (arduamente combatida por San Agustín) no es otra que la autosuficiencia de la libertad del hombre para la salvación sin el auxilio de la gracia, afirmación que supone la negación del pecado original o, al menos, la transmisión del mismo a la descendencia de Adán. Es sumamente significativo que el initium fidei sea un acto primero de voluntad; es decir, de la libertad del hombre sin intervención de la gracia, insinuándose un voluntarismo previo que funda un mundo de autosuficiencia humana. Extremando algo los términos, podría hablarse aquí de una suerte de «liberalismo teológico».
¡ que arda tu corazón!