El Liberalismo en religión una tentación y una plaga en la sociedad y en la Iglesia del siglo XXI.
¿Como podríamos llamar a esta plaga que cubre la tierra entera?
Decía el beato Cardenal Newman, hace más de 100 años, que nunca la Santa Iglesia ha necesitado tan urgentemente campeones que luchen contra esta plaga.
Él dedicó gran parte de su vida a luchar contra el espíritu del Liberalismo en religión.
“El Liberalismo en religión es la doctrina según la cual no existe una verdad positiva en el ámbito religioso sino que cualquier credo es tan bueno como otro cualquiera. Es una opinión que gana fuerza día tras día. Se manifiesta incompatible con el reconocimiento de una religión como verdadera, y enseña que todas han de ser toleradas como asuntos de simple opinión. Según el Liberalismo la religión revelada, no es una verdad sino un sentimiento; no obedece a un hecho objetivo. Todo individuo tiene el derecho de interpretarla a su gusto.
Sigue Newman explicando como según esto se puede fraternizar en ideas y sentimientos espirituales, sin aceptar una doctrina común ni reconocer la necesidad de mantenerla.
Una de las consecuencias de este liberalismo, lo vemos en nuestra sociedad, antes se consideraba que sólo la religión y sus motivaciones sobrenaturales eran capaces de asegurar la ley y orden de los pueblos. Pero hoy contaminados de ese Liberalismo los políticos y los filósofos se han dedicado a resolver estas cuestiones sin ayuda del Evangelio.”
Así tenemos una educación secularizada , que lucha por descolgar los crucifijos de las paredes y de la cabeza de los ciudadanos.
Tenemos unos políticos que permiten el asesinato de miles de niños en el vientre de la madre amparado en un sistema “civilizado” de leyes, que otorgan el derecho a matar a un inocente.
Tenemos un sistema político que amparado en la libertad religiosa, destruye y ataca con imposición de ideologías la única religión que puede salvarles.
Tenemos una cartelera de cine, teatro, televisión que en lugar de transmitir unos valores de una civilización cristiana, transmite destrucción y libertinaje, transmite la ideología de género, transmite el naturalismo y el permisivismo sexual .
Y por último y aunque podríamos seguir , tenemos una Iglesia, contaminada de ese liberalismo, que transmite un ecumenismo barato, que permite utilizar las Iglesias de comedores y se dedica a promocionar una caridad hueca sin Dios.
Dice Newman, que este liberalismo quiere presentarse con unos principios de justicia, veracidad, sobriedad y benevolencia, que aunque buenos en sí mismo, desde el momento que pretenden suplantar la religión hemos de calificarlos como malos.
¡ que arda tu corazón!
Ideas sacadas del discurso pronunciado en Roma el 12 de mayo de 1879
Muy bien, como siempre, Belén.
Sigue así.
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Gracias a ti Carlos por leerlo y difundirlo
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No tienes que darme las gracias, Belén.
Tus artículos están muy bien elaborados y, además, realizas una gran labor a la hora de documentarte
Enhorabuena.
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