Estamos en el mes de Noviembre, mes de nuestros difuntos. Mes para acordarnos de nuestros difuntos padres, hermanos y amigos y que mejor que rezar por sus almas, para que alcancen la gloria del cielo.
Ayudemos a nuestros sacerdotes a recordarles que cuando muere un difunto , que en el funeral no lo envíen directamente al cielo. Si hacen eso, le estamos privando a ese difunto de nuestras oraciones. Reafirmemos el dogma del purgatorio. Somos católicos. No nos influenciemos de frases políticamente correctas como; “ya estará en el cielo” y recemos intensamente por ellos.
“Padre Eterno,
Te ofrezco la sangre más preciosa
de tu Divino Hijo, Jesús,
en unión con las Masas dijo
en todo el mundo hoy,
por todas las Santas Almas en el Purgatorio,
para los pecadores en todas partes,
para los pecadores en la Iglesia universal,
para aquellos en mi propio hogar,
y en mi familia Amen.” Amén.”
¡ Que arda tu corazón!