El Universalismo es la creencia de que la mayoría, si no es que todas las personas se salvarán al final. Esto es directamente contrario a las propias palabras de Nuestro Señor en las que da fe, con tristeza, de que “muchos” están en el camino que conduce a la destrucción y “pocos” en el estrecho y difícil camino que conduce a la salvación (Ver Mateo 7, 14, Lucas 13, 23-30). Son decenas de parábolas y otras advertencias también por parte de Nuestro Señor respecto a esto, y su enseñanza directa. Nuestro Señor deja en claro que debemos aceptar sobriamente el hecho de que muchos, y no pocos, habrán de perderse a menos que se les invoque con urgencia, por la gracia de Dios, hacia Cristo y a un auténtico discipulado.
Sin embargo el Universalismo es una grave discrepancia que hoy en día está muy extendida.
Un gran número de católicos rara vez escuchan sermones que adviertan del Juicio Final o de la posibilidad del infierno. Tampoco lo mencionan a otros, o incluso ni siquiera lo consideran como una posibilidad real.
Dada la propagación del Universalismo, entre los católicos hay muy poca urgencia de evangelizar o incluso de vivir la fe. Esta actitud tiene que desaparecer si es que tuviera que hacerse alguna reforma seria en la Iglesia o celo evangélico.
Msgr. Charles Pope
¡Que arda tu corazón!